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"Mariana, Mariana" (1987)

  • Foto del escritor: Observatorio Pragmática
    Observatorio Pragmática
  • 5 may 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 21 may 2022

Escrito por Michell Zuñiga


Película mexicana dirigida por Alberto Isaac, con guion de Vicente Leñero, protagonizada por Pedro Armendáriz Jr., Luis Mario Quiroz, Elizabeth Aguilar, Saby Kamalich, Aarón Hernán y Juan Carlos Andrews. La cinta está ambientada a finales de los años cuarenta en la creciente Ciudad de México. Carlitos (Luis Mario Quiroz) es un niño de clase media, que vive en la colonia Roma de la Ciudad de México, y junto a su familia, originaria de Guadalajara, se mudaron con la finalidad de obtener una vida mejor. Carlitos se hace amigo de Jim (Juan Carlos Andrews), un niño recién llegado de Estados Unidos, el cual lleva una vida diferente a la de él, pues únicamente vive con su madre, Mariana. Al paso del tiempo, Carlos experimentará una especie de amor platónico hacia la madre de JIm, hecho que se vuelve detonante del conflicto de la historia. Después varios años Carlitos se reencuentra con un amigo de la infancia, Rosales, con quien mantiene una conversación relacionada a los recuerdos de su niñez. En esta conversación se puede notar la presencia del principio de cooperación propuesto por Grice, el cual está integrado por un conjunto de máximas conversacionales que regulan la comunicación humana (calidad, cantidad, pertinencia y modo). Un ejemplo de cómo se corrompe la máxima de cantidad es cuando Rosales le pregunta a Carlos si todavía sigue peleado con su hermano, argumentando que es muy divertido; en un inicio se limita a contestar la pregunta de Rosales, pero después agrega una vasta información no solicitada de cómo es la vida de Héctor, su hermano, actualmente: es un señor tan chingón para los negocios, mientras más sucios mejor: es un caballero católico, padre de once hijos legítimos y cuatro bastardos. Ese gran señor de la extrema derecha, caballero, exporro que estafó a su propio padre. Carlos ignora la máxima de cantidad, la cual consiste en no dar ni más ni menos información de la solicitada por el interlocutor, sin embargo ofrece más información que no fue requerida por Rosales. En el ejemplo anterior Carlos también viola la máxima de relevancia, pues cuando agregó esa información innecesaria cambió el tema de conversación, lo cual no lo permite esta máxima, ya que dicta que no hay que cambiar el tema de que se está hablando para desarrollar otro. A lo largo de la cinta se puede observar cómo son quebrantadas en más de una ocasión las máximas conversacionales de Grice, no obstante Carlitos y Rosales logran mantener una conversación con éxito. Se puede observar que el incumplimiento de las máximas aporta la otra parte de la comunicación. Es evidente que ambas partes no manifiestan una intención de respetar estas máximas, sin embargo sí hay una intención de cooperar para llevar a cabo la comunicación.

Imagen tomada de Tomatazos


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